jueves, 29 de noviembre de 2007

Adivina, adivinanza

Hoy vamos a hablar un poco de la criptografía, pero en lugar de soltar un ladrillo de texto, vamos a hacerlo con algo totalmente práctico.

Vamos a resolver un criptograma muy famoso en la literatura: “Los monigotes saltarines”.

Se trata de un relato de Sir Arthur Conan Doyle en el que Sherlock Holmes se enfrentó a uno de sus más famosos casos.

A continuación os incluyo el resumen de la historia:

El señor Milton Cubitt de Norfolk ha solicitado ayuda a Sherlock Holmes. Al parecer, su esposa americana Elsie, con la que ha estado casado durante un breve periodo de tiempo, ha sufrido un sobresalto al recibir un pedazo de papel con unos símbolos extraños dibujados en él. Su mujer le ha dicho que tuvo relaciones poco afortunadas en el pasado que prefiere olvidar, aunque le asegura que no debe preocuparse por el asunto.

Un mes atrás su mujer recibió una carta de América que le produjo gran impresión. Dos semanas atrás el señor Cubitt encontró unas figuras representando personas bailando garabateadas en el alféizar de la ventana. Él las hizo borrar, pero al contárselo a su esposa, esta se vio de nuevo afectada por la noticia. Finalmente, la última semana, encontró el fragmento de papel con las figuras (FRAGMENTO 1). Cuando se lo enseño a Elsie, esta se desmayó. El señor Cubitt esta muy preocupado por su esposa, pero no se decide a preguntarle directamente sobre el asunto ya que como parte de sus votos matrimoniales, el prometió no preguntarle nada acerca de su pasado.

Unos cuantos días después, el señor Cubitt visita de nuevo a Sherlock Holmes, y le cuenta que el estado de su esposa ha empeorado y que se encuentra tormentada por los dibujos misteriosos. Se han encontrado dos inscripciones más en la puerta del cobertizo (FRAGMENTOS 2 y 3). Una noche los Cubbit oyeron un ruido cerca del cobertizo y el señor Cubitt persiguió a un intruso que dejó caer una breve inscripción en el suelo del cobertizo (FRAGMENTO 4). Unos cuantos días después, el señor Cubitt visitó de nuevo a Sherlock entregándole un nuevo fragmento que había sido dejado en el pedestal del reloj de sol (FRAGMENTO 5). Al ver este último fragmento, el señor Holmes exclamo: Hemos dejado que este asunto fuese demasiado lejos. Rápidamente se preparó para viajar a Norfolk a la mañana siguiente.

Al llegar a Norfolk, Sherlock fue recibido por el jefe de estación con la noticia de que aparentemente la señora Cubitt había disparado y matado al señor Cubitt y después había intentado, sin fortuna, suicidarse disparándose en la cabeza. Ahora se encontraba luchando por su vida.

Después de investigar la escena del crimen, Sherlock Holmes preguntó al inspector de policía que entregara el FRAGMENTO 6 al hombre que se alojaba en Elrige’s, una pensión aislada no demasiado lejos.

Ahí van los monigotes. Están ordenados por orden de aparición, es decir, el primero es el fragmento nº 1 el último el fragmento nº 6.


La ciencia que aplicó Holmes para resolver el acertijo es la criptografía (una sencilla, pero criptografía al fin y al cabo), algo que utilizamos bastantes veces al día y sin la cuál sería imposible la existencia del comercio electrónico, entre otras muchas cosas.

Como tampoco pretendemos ser Holmes, unas pistas para resolver el acertijo: el criptograma es un código de sustitución, los símbolos representan letras; los mensajes están en inglés; hay un símbolo que se repite más que ningún otro; la letra “e” es la más común en inglés; hay nombres propios en alguno de los mensajes; un símbolo hace de separador de palabras.

Quien resuelva el acertijo descubrirá: 1) a quién envió el mensaje Holmes; 2) las intenciones de Holmes al enviar el último mensaje; 3) Quién mató al señor Cubbit e hirió a su mujer.

La semana que viene pondré las soluciones.

Saludos y buena suerte.


Tres podrían guardar un secreto si dos de ellos hubieran muerto.

Benjamin Franklin (Estadista y científico estadounidense)

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