lunes, 12 de noviembre de 2007

Una segunda vida

¿Qué sabemos del dinero electrónico? Pues que consiste en tarjetas de crédito o en el dinero utilizado en transacciones online al comprar en una tienda virtual, pensarán muchos. Pues no, es algo más complejo y casi propio de las películas de ciencia ficción (aunque una de sus modalidades está bastante implantada en nuestra vida diaria).

Aunque antes de entrar en materia hay que saber qué es el dinero. Pues bien, el dinero no es más representar de forma abstracta un valor (independientemente de la valía inherente del papel o metal) respaldado por una autoridad y generalmente admitido para la realización de intercambios. Es decir, un billete de diez euros vale 10 euros, aunque el soporte papel en el que se encuentra cueste céntimos, y puede intercambiarse por otros valores, productos o servicios porque una autoridad, el Banco Central Europeo, lo autoriza y admite.

Pues con el dinero electrónico (en adelante DE) se pretende que ocurra lo mismo, pero en lugar de utilizar un soporte papel, que se utilicen bits. Muy, muy resumidamente diremos que hay dos tipos de DE: 1) los bits que se almacenan en tarjetas inteligentes (por ejemplo, tarjetas monedero o las prepago de las compañías telefónicas); 2) los bits que se almacenan en la memoria de un ordenador; en este caso no existe soporte material alguno, el dinero sólo existe como “mensaje electrónico” que puede viajar por la Red como si en el mundo de The Matrix viviéramos. El que quiera un ejemplo de este dinero
aquí lo tiene.

Las tarjetas inteligentes están relativamente implantadas (todo aquél que utilice un móvil con tarjetas prepago está usando DE). Otra cosa ya es el segundo tipo, que está muy lejos de ser algo usual. Por que sí, existir existe, pero también lo hacen los coches eléctricos y eso no significa que el petróleo esté precisamente en vías de extinción (como auguraban los “expertos” hace años). De acuerdo, ¿pero hay algo más “increíble” que este segundo tipo de DE? Pues sí, y curiosamente surge de un “juego”, Second Life.

Second Life consiste según sus creadores en: “Un mundo en tres dimensiones enteramente construido por sus residentes, que también son sus propietarios. Desde su apertura en 2003 ha crecido de forma explosiva y a día de hoy lo habitan millones de personas”. En esta segunda vida uno puede adquirir el semblante y el carácter que desee. Y tan real es esta nueva vida que hasta tiene una moneda oficial llamada dólares Linden.

Alguien que utilice DE lo que hará es cambiar dinero real por dinero en forma de bits. Luego esos “bits” los utilizará para adquirir los servicios o productos que considere oportunos. Pero en Second Life ocurre lo contrario, uno pueda ganar en su mundo dólares Linden, en principio tan útiles como las monedas de oro que uno pueda recoger jugando a Super Mario Bros, ¡y luego cambiarlos por dólares completamente reales! De hecho existe una herramienta llamada Lindex (sólo puede accederse a ella si uno está registrado) en la que se realiza la conversión de dólares Linden a dólares reales. Decir que el cambio dependerá de la oferta y la demanda, pero según sus creadores éstos son valores bastante estables.

Y el tema va totalmente en serio porque ya hay gente que ha abierto negocios en Second Life para ganar los dólares Linden que luego cambia por dólares reales. Y aunque uno no pueda todavía hacerse rico con este sistema, parece que con algo de empeño y suerte puede sacarse para algo más que una cena.
Evidentemente este tipo de dinero privado, hablaremos de este concepto próximamente, abre un nuevo mundo de posibilidades y problemas, pero eso ya es otra historia.

Saludos.


El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa.

George Bernard Shaw (Escritor irlandés)

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